Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor. 1 Corintios 13:13

Dios es el que tiene amor. Y Él es el que tiene fe absoluta. Él es aquel que tiene esperanza absoluta. Sin fe, no podemos hacer nada. Y por otro lado, si tenemos fe, no hay nada que no pueda alcanzarse. La fe es el principio de todas las relaciones. Las relaciones nacen a partir de la fe. La fe no es la fe en que creemos porque me tratan bien. En realidad la verdadera fe es revelada a través de las pruebas y tribulaciones.

Esto aparece en el libro de Job. Dios creía absolutamente en Job, pero Satanás hizo una acusación falsa contra él. Él dijo que no era de extrañar que Job amara tanto a Dios, porque él recibía tantas cosas de él, era tan bendecido. Satanás dijo, “si le quitas todo, entonces Job se vendrá contra ti.” Sin embargo, Job no se volvió contra Dios. A través de terribles tribulaciones su firme fe fue revelada. Cuando creemos en este lugar paradójico, esa fe puede ser firmada.

La muerte puede comenzar a partir de la incredulidad hacia Dios. Cuando vamos por el camino de la desconfianza hacia Dios, vamos hacia la muerte. Dios ama a los hombres. La cuestión es que los hombres lo abandonaron. La fe es aceptar que Dios me ama. En cualquier posición, cualquier situación, fe es aceptar esto. Jesús lo hizo. En el lugar en que fue completamente humillado, abandonado y rechazado, Jesús creyó en Dios.

Este es el origen de la resurrección y de la vida. Este es el origen de la restauración de nuestra relación con Dios.

Tengamos la FE, ESPERANZA y AMOR que Dios nos enseña, con su propio ejemplo.