Comprendiendo que Cristo “amó a la iglesia y se entregó por ella” (Efesios 5:25), Emanuel conserva la membresía formal. Reconocemos la membresía formal como un paso importante como demostración de nuestro compromiso con Jesucristo.

Todos los creyentes son miembros del cuerpo de Cristo y la membresía de la iglesia es el reconocimiento público de esta realidad espiritual. Como seguidores de Cristo, todos somos “miembros de la familia de Dios” (Efesios 2:19), y es nuestro deber desempeñar nuestros roles como miembros de Su cuerpo. Nos convertimos en un cuerpo sano cuando cada miembro cumple bien su parte (1 Corintios 12:20).

La Iglesia Emanuel tiene en alta estima a sus miembros-se espera que proclamen y revelen el evangelio en cualquier lugar donde su vida ocurra. En una ciudad multicultural, Dios, en su soberanía, nos colocó entre estas personas con un propósito. Oramos para ser fieles administradores de la Casa de Dios. Amen.