“No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí”
Jesús está dando una importante verdad acerca de la elección. La verdad es que no somos nosotros quienes escogimos a Dios, sino que es Dios quien nos ha elegido; ser elegidos no es nuestro mérito, sino por gracia de Dios. Nuestro accionar es toda la respuesta; toda la iniciativa es del Señor.