Según estadísticas recientes, el número de adultos mayores aumenta constantemente cada año, no sólo en los países desarrollados, sino también en los países en desarrollo, como resultado de la mejora de las condiciones de vida. Por lo tanto, existe una gran necesidad de que el ministerio principal apoye activamente a las generaciones mayores.
Las personas mayores pueden desempeñar un gran papel en la iglesia. Han vivido vidas largas y han acumulado experiencia en tantos aspectos de la existencia humana, que hacen de ellos una valiosa fuente de conocimiento que puede transferirse a las generaciones más jóvenes.
Los ancianos cristianos conocen el valor de la misericordia, la compasión y el amor hacia el prójimo. En las etapas finales de sus vidas, Dios les revela la importancia de ser justos, de abrir sus corazones al Espíritu Santo y a la gracia del Padre. Los adultos mayores puede transferir esos valores no sólo en las congregaciones, sino también a todas las personas en sus comunidades.
Los ministros y adultos mayores en la iglesia están invitados a organizar y realizar actividades en las cuales los ancianos desempeñarán un rol principal. Trabajando para el ministerio, los ancianos en la iglesia pueden hacer una diferencia profunda en vidas alrededor de ellos.